Cosas: 2011

Crean nuevos chicles para mascar la tragedia: "

El fabricante de caramelos Fisherman’s Friend, especializado en sabores fuertes, ha dado un paso más en su apuesta por las experiencias extremas presentando esta mañana unos nuevos chicles que directamente permiten mascar la tragedia. “Es como si a cada mordida un volcán arrasara una aldea pobre”, explica la publicidad del nuevo producto. “Qué va, es algo mucho más cercano. Para mí ha sido como masticar las tetas de mi madre, una experiencia horrible. Estos malditos chicles te dejan llorando en una esquina, sacan lo peor de uno mismo”, confesaba un periodista después de probar uno de los chicles y escupirlo luego entre gemidos. Pese a que la Organización de Consumidores y Usuarios ha advertido de los múltiples perjuicios que estos chicles pueden acarrear, especialmente entre consumidores psicológicamente inestables, el fabricante defiende su capacidad de “exorcizar los demonios que llevamos dentro en una sociedad reprimida que da la espalda a los desastres”.

“Yo no he notado nada. Pero es normal, trabajo en los informativos de Antena 3″, reconocía otro de los periodistas que tuvieron la oportunidad de probar los Fisherman’s Tragedy. La opinión general, sin embargo, es que estas gomas de mascar son solo aptas para psicópatas o amantes de experimentar los límites de la percepción. “Dicen que a Arturo Pérez-Reverte se le ha escapado una lagrimilla. No hace falta decir más”, advertía un testimonio.

El envase de los Fisherman’s Tragedy especifica que el consumo reiterado del producto puede provocar hambre, “pero no el tipo de hambre que se va comiendo un pincho de tortilla. Estamos hablando del hambre en el mundo”. Tampoco se descartan los problemas digestivos: “Hay personas que han sentido que toda la mierda que nos ha tocado vivir se acumulaba en su estómago”. Asimismo, el fabricante recomienda masticar los chicles con un cuchillo a mano que permita cortar la tensión.

Footspotting: Global Carbon Footprint Infographic: "

As Sustainability month draws to a close, we've dug up a gem from the Coroflot archives: Stanford Kay's excellent infographic of global carbon emissions.

Kay's design succeeds in representing a potentially overwhelming set of data on several levels: some 200+ different countries are represented by bubbles, color-coded by continent, where the size of each is proportional to its carbon emissions.

Moreover, the arrangement of the bubbles completes the metaphor, adding a further dimension of scale to the graphic: it is difficult, if not impossible, to see the big picture when one is perusing the names of the individual countries. Thus, Kay's infographic also reminds us not to miss the forest for the trees.

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